El
relato de la marcha de Abrahán a la tierra prometida es una invitación a la
confianza en Dios y a la esperanza. Además de ayudar a trabajar en el
reconocimiento, la identificación y la expresión de estas emociones, el relato
es de una gran riqueza para trabajar sobre todas las competencias relacionadas
con la autonomía emocional: autoestima, automotivación, actitud positiva y
optimismo.
Abrahán
se presenta como una persona capaz de enfrentarse a un gran reto. Él sabe a
dónde quiere llegar, se fija una meta y hace todo lo posible para conseguirla.
Abrahán no se centra en las dificultades del camino, sino que ve con optimismo
lo positivo que le espera al final del mismo. El patriarca Abrahán se muestra
perseverante y lucha día a día ante los desafíos del camino y de su vejez.
A
partir del relato podemos reflexionar con los alumnos sobre la importancia de
creer en uno mismo, de proponerse metas, de intentar alcanzarlas con éxito, de
mantener una actitud positiva y de afrontar la vida con optimismo.
LEEMOS Y APRENDEMOS CON LA BIBLIA
Abrahán era un pastor. Un día, Dios prometió a Abrahán darle un hijo y llevarle a una nueva tierra para vivir. Abrahán se puso en marcha hacia Canaán confiando en las promesas de Dios. (Génesis 12,1-7)
Canción: Abrahán
LA FE DE ABRAHÁN
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