La película se basa en el libro titulado Horton hears a who! publicado en 1954 y escrito por el caricaturista Dr. Seuss, Theodor Seuss Geisel.
El protagonista de estas aventuras es un elefante imaginativo que no sólo es grande de tamaño, sino también de corazón y sentido de la justicia. Para Horton la lealtad es uno de los valores más importantes y decide poner su vida en peligro antes que fallar a un amigo. Esta gran visión de la vida se complementa con un agudo y constante sentido del humor y una imaginación desbordante, lo que lleva al protagonista a enfrentarse a los problemas con alegría y despreocupación.
Además del original argumento, la película sabe reproducir el ambiente colorista y amable que la caracteriza. La imaginación, tanto del escritor como de los encargados de llevar la historia a la gran pantalla, se descubre en los diálogos –un tanto alocados-, en la estrafalaria vida en Villaquien, en los asombrosos acontecimientos y en la definida personalidad de sus protagonistas y demás personajes. En el film, todo aparece revestido de un “sinsentido” maravilloso que no sólo deja volar la imaginación, sino que sorprende al espectador inmerso en una historia increíble pero no por ello, exenta de un fondo trascendental y verídico.
En Horton, la ilusión y la fantasía conviven con el drama y la realidad, sin embargo lo hacen en un sensato equilibrio que conduce a la esperanza y la felicidad. Como en la mayoría de propuestas cinematográficas para niños, el bien acaba por suplantar al mal y los buenos ganan a los malos, así se completa un círculo en el que el final feliz es el único posible.
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