Este tiempo se llama así porque dura cuarenta días. En la Biblia, el 40 es un número simbólico. Como ejemplos, tenemos los 40 días que duró el diluvio, o los 40 años que pasó el pueblo judío atravesando el desierto hacia la tierra prometida. O bien, los 40 días de oración y preparación que tuvo Cristo antes de iniciar su misión salvadora, ejemplo que nos ilustra de mejor manera lo que debe significar este tiempo.
¿Cuándo inicia la Cuaresma?
La Cuaresma cambia de fecha cada año, por lo que la Pascua no tiene una fecha fija. La Pascua se celebra el primer domingo de luna llena de primavera, lo que significa que esta fecha depende del movimiento de la luna. Una vez que ya se tiene prevista la fecha de la Pascua, se hace la cuenta de los días hacia atrás y así se llega al inicio de la Cuaresma: Miércoles de Ceniza.
¿Por qué nos ponemos la ceniza el Miércoles de Ceniza?
En el pueblo judío, la ceniza significaba penitencia, arrepentimiento, e incluso, luto. De manera que el ponernos ceniza en la cabeza o en la frente es reconocer y expresar nuestro dolor por el pecado. Es decir, que la ceniza tiene un sentido penitencial.
Esto, además, nos recuerda el libro del profeta Jonás. Después de que él predicó a los pecadores, éstos se convirtieron, y para mostrar su arrepentimiento e implorar la misericordia de Dios, se pusieron ceniza en la cabeza.
La ceniza que se nos impone en la cabeza se obtiene de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior.
¿Qué hacer durante la Cuaresma?
Es un tiempo especial de oración, reflexión y revisión de vida para descubrir qué tenemos que cambiar o mejorar. Pero también es un tiempo para ser más misericordiosos, y es que no basta dejar a un lado la maldad, sino hacer que la bondad supere la maldad.
En concreto, lo que hay que hacer es tratar de cumplir con las tres propuestas que nos hace la Iglesia: limosna, oración y ayuno. También hay que hacer obras de misericordia, tanto espirituales como corporales, para tratar de acrecentar nuestra cercanía con Jesús nuestro Señor.
ACTIVIDAD:
CALENDARIO DE CUARESMA
La Vieja Cuaresma, la Cuaresmera, o la Patarrona, es un calendario popular que solía colgarse en los escaparates de los ultramarinos para anunciar la venta de bacalao en salazón durante la Cuaresma. Esta peculiar figura se representa como una anciana con siete piernas, que simbolizan las siete semanas del período cuaresmal. Cada domingo, se recortaba una de sus piernas hasta llegar al Domingo de Resurrección, cuando la carne volvía a la mesa con un banquete de celebración.
El bacalao y las verduras eran los principales alimentos de este período religioso, y por ello, la Vieja de Cuaresma, siempre se ha representado sosteniendo estos productos. Su presencia no solo era habitual en los comercios, sino también en los hogares, donde ayudaba a marcar el paso del tiempo hasta la llegada de la Pascua.
La Cuaresma, como período de ayuno y abstinencia de carne previa a la Pascua, está documentada desde el siglo XIII en la literatura francesa, y en Castilla, desde el siglo XIV, en la obra del Arcipreste de Hita, «El Libro del Buen Amor».
En Castilla, donde el acceso al pescado fresco era complicado, el bacalao en salazón se convirtió en el gran protagonista de la cocina cuaresmal. Su versatilidad en la preparación y su conservación prolongada lo convirtieron en un alimento imprescindible para la población, manteniéndose hasta hoy en muchos platos tradicionales.
1 ya era un anciano de edad avanzada, y el Señor lo
había bendecido en todo.
2 Entonces dijo al servidor más antiguo de su casa, el
que le administraba todos los bienes: "Coloca tu mano debajo de mi muslo,
3 y júrame por el Señor, Dios del Cielo y de la tierra, que no buscarás una
esposa para mi hijo entre las hijas de los cananeos, con los que estoy
viviendo, 4 sino que irás a mi país natal, y de allí traerás una esposa para
Isaac".
5 El servidor le dijo: "Si la mujer no quiere venir
conmigo a esta tierra, ¿debo hacer que tu hijo regrese al país de donde
saliste?".
6 "Cuídate muy bien de llevar allí a mi hijo",
replicó
7 "El Señor, Dios del cielo, que me sacó de mi casa
paterna y de mi país natal, y me prometió solemnemente dar esta tierra a mis
descendientes, enviará su Ángel delante de ti, a fin de que puedas traer de
allí una esposa para mi hijo.
8 Si la mujer no quiere seguirte, quedarás libre del
juramento que me haces; pero no lleves allí a mi hijo".
9 El servidor puso su mano debajo del muslo de , su
señor, y le prestó juramento respecto de lo que habían hablado.
10 Luego tomó diez de los camellos de su señor, y
llevando consigo toda clase de regalos, partió hacia Arám Naharaim, hacia la
ciudad de Najor.
11 Allí hizo arrodillar a los camellos junto a la fuente,
en las afueras de la ciudad. Era el atardecer, la hora en que las mujeres salen
a buscar agua.
12 Entonces dijo: "Señor, Dios de , dame hoy una
señal favorable, y muéstrate bondadoso con mi patrón .
13 Yo me quedaré parado junto a la fuente, mientras las
hijas de los pobladores de la ciudad vienen a sacar agua.
14 La joven a la que yo diga: "Por favor, inclina tu
cántaro para que pueda beber", y que me responda: "Toma, y también daré de
beber a tus camellos", esa será la mujer que has destinado para tu servidor
Isaac. Así reconoceré que has sido bondadoso con mi patrón".
15 Aún no había terminado de hablar, cuando Rebeca, la
hija de Betuel "el cual era a su vez hijo de Milcá, la esposa de Najor, el
hermano de " apareció con un cántaro sobre el hombro.
16 Era una joven virgen, de aspecto muy hermoso, que
nunca había tenido relaciones con ningún hombre. Ella bajó a la fuente, llenó
su cántaro, y cuando se disponía a regresar, 17 el servidor corrió a su
encuentro y le dijo: "Por favor, dame un trago de esa agua que llevas en
el cántaro".
18 "Bebe, señor", respondió ella, y bajando el
cántaro de su hombro, se apresuró a darle de beber.
19 Después que lo dejó beber hasta saciarse, añadió:
"También sacaré agua hasta que tus camellos se sacien de beber".
20 En seguida vació su cántaro en el bebedero, y fue
corriendo de nuevo a la fuente, hasta que sacó agua para todos los camellos.
21 Mientras tanto, el hombre la contemplaba en silencio,
deseoso de saber si el Señor le permitiría lograr su cometido o no.
22 Cuando los camellos terminaron de beber, el hombre
tomó un anillo de oro que pesaba medio siclo, y lo colocó en la nariz de la
joven; luego le puso en los brazos dos pulseras de diez siclos.
23 Después le preguntó: "¿De quién eres hija? ¿Y hay
lugar en la casa de tu padre para que podamos pasar la noche?".
24 Ella respondió: "Soy la hija de Betuel, el hijo
que Milcá dio a Najor". 25 Y añadió: "En nuestra casa hay paja y
forraje en abundancia, y también hay sitio para pasar la noche".
26 El hombre se inclinó y adoró al Señor, 27 diciendo:
"Bendito sea el Señor, Dios de mi patrón , que nunca dejó de manifestarle
su amor y su fidelidad. Él ha guiado mis pasos hasta la casa de sus
parientes".
28 Entretanto, la joven corrió a llevar la noticia a la
casa de su madre.
29 Rebeca tenía un hermano llamado Labán.
30 Este, apenas vio el anillo y las pulseras que traía su
hermana, y le oyó contar todo lo que el hombre le había dicho, salió
rápidamente y se dirigió hacia la fuente en busca de él. Al llegar, lo encontró
con sus camellos junto a la fuente.
31 Entonces le dijo: "¡Ven, bendito del Señor! ¿Por
qué te quedas afuera, si yo he preparado mi casa y tengo lugar para los
camellos?".
32 El hombre entró en la casa. En seguida desensillaron
los camellos, les dieron agua y forraje, y trajeron agua para que él y sus acompañantes
se lavaran los pies.
33 Pero cuando le sirvieron de comer, el hombre dijo:
"No voy a comer, si antes no expongo el asunto que traigo entre manos".
"Habla", le respondió Labán.
34 Él continuó: "Yo soy servidor de .
35 El Señor colmó de bendiciones a mi patrón y lo hizo
prosperar, dándole ovejas y vacas, plata y oro, esclavos y esclavas, camellos y
asnos.
36 Y su esposa Sara, siendo ya anciana, le dio un hijo, a
quien mi patrón legó todos sus bienes.
37 Ahora bien, mi patrón me hizo prestar un juramento,
diciendo: No busques una esposa para mi hijo entre las hijas de los cananeos,
en cuyo país resido.
38 Ve, en cambio, a mi casa paterna, y busca entre mis
familiares una esposa para mi hijo.
39 ¿Y si la mujer se niega a venir conmigo?, le
pregunté.
40 Pero él me respondió: "El Señor, en cuya presencia he
caminado siempre, enviará su Ángel delante de ti, y hará que logres tu
cometido, trayendo para mi hijo una esposa de mi propia familia, de mi casa
paterna.
41 Para quedar libre del juramento que me haces, debes
visitar primero a mis familiares. Si ellos no quieren dártela, el juramento ya
no te obligará".
42 Por eso hoy, al llegar a la fuente, dije: Señor, Dios
de mi patrón , permíteme llevar a cabo la misión que he venido a realizar.
43 Yo me quedaré parado junto a la fuente, y cuando salga
una joven a buscar agua, le diré: Déjame beber un poco de agua de tu cántaro.
44 Y si ella me responde: Bebe, y también sacaré agua
para que beban tus camellos, esa será la mujer que tú has destinado para el
hijo de mi señor.
45 Apenas terminé de decir estas cosas, salió Rebeca con
un cántaro sobre el hombro. Y cuando bajó a la fuente para sacar agua, le dije: Por favor, dame de beber.
46 Ella se apresuró a bajar el cántaro de su hombro y
respondió: "Bebe, y también daré de beber a tus camellos". Yo bebí, y ella dio
agua a los camellos.
47 Después le pregunté: "¿De quién eres hija?". "Soy hija
de Betuel, el hijo que Milcá dio a Najor", respondió ella. Yo le puse el anillo
en la nariz y las pulseras en los brazos, 48 y postrándome, adoré y bendije al
Señor, el Dios de, que me guio por el buen camino, para que pudiera llevar al
hijo de mi patrón una hija de su pariente.
49 Y ahora, si ustedes están dispuestos a ofrecer a mi
patrón una auténtica prueba de amistad, díganmelo; si no, díganmelo también.
Así yo sabré a qué atenerme".
50 Labán y Betuel dijeron: "Todo esto viene del
Señor. Nosotros no podemos responderte ni sí ni no.
51 Ahí tienes a Rebeca: llévala contigo, y que sea la
esposa de tu patrón, como el Señor lo ha dispuesto.
52 Cuando el servidor de oyó estas palabras, se postró en
tierra delante del Señor.
53 Luego sacó unos objetos de oro y plata y algunos
vestidos, y se los obsequió a Rebeca. También entregó regalos a su hermano y a
su madre.
54 Después él y sus acompañantes comieron y bebieron, y
pasaron la noche allí. A la mañana siguiente, apenas se levantaron, el servidor
dijo: "Déjenme regresar a la casa de mi patrón".
55 El hermano y la madre de Rebeca respondieron:
"Que la muchacha se quede con nosotros unos diez días más. Luego podrás
irte".
56 Pero el servidor replicó: "No me detengan, ahora
que el Señor me permitió lograr mi cometido. Déjenme ir, y volveré a la casa de
mi patrón".
57 Ellos dijeron: "Llamemos a la muchacha, y
preguntémosle qué opina". 58 Entonces llamaron a Rebeca y le preguntaron:
"¿Quieres irte con este hombre?". "Sí", respondió ella.
59 Ellos despidieron a Rebeca y a su nodriza, lo mismo
que al servidor y a sus acompañantes, 60 y la bendijeron, diciendo:
"Hermana nuestra, que nazcan de ti
millares y decenas de millares;
y que tus descendientes conquisten
las ciudades de sus enemigos".
61 Rebeca y sus sirvientas montaron en los camellos y
siguieron al hombre. Este tomó consigo a Rebeca, y partió.
62 Entretanto, Isaac había vuelto de las cercanías del
pozo de Lajai Roí, porque estaba radicado en la región del Négueb.
63 Al atardecer salió a caminar por el campo, y vio venir
unos camellos.
64 Cuando Rebeca vio a Isaac, bajó del camello
65 y preguntó al servidor: "¿Quién es ese hombre que
viene hacia nosotros por el campo?". "Es mi señor", respondió el
servidor. Entonces ella tomó su velo y se cubrió.
66 El servidor contó a Isaac todas las cosas que había
hecho,
67 y este hizo entrar a Rebeca en su carpa. Isaac se casó
con ella y la amó. Así encontró un consuelo después de la muerte de su madre.
Génesis 25, 20-28
Madre de dos naciones
20. Tenía Isaac cuarenta años cuando tomó por mujer a
Rebeca, hija de Betuel, el arameo de Paddán Aram, y hermana de Labán el arameo.
21. Isaac suplicó al Señor en favor de su mujer, pues era estéril, y Él
le fue propicio, y concibió su mujer Rebeca.
22. Pero los hijos se entrechocaban en su seno. Ella se
dijo: «Siendo así, ¿para qué vivir?» Y fue a consultar al Señor.
23. Y Él le respondió: «Dos pueblos hay en tu vientre,
dos naciones que, al salir de tus entrañas, se dividirán. La una oprimirá a la
otra; el mayor servirá al pequeño.»
24. Cumpliéndose los días de dar a luz, y resultó que había dos
mellizos en su vientre.
25 El que salió primero era rubio, y estaba todo cubierto
de vello, como si tuviera un manto de piel. A este lo llamaron Esaú.
26 Después salió su hermano, que con su mano tenía
agarrado el talón de Esaú. Por ello lo llamaron Jacob. Cuando nacieron, Isaac
tenía sesenta años.
27 Los niños crecieron. Esaú se convirtió en un hombre
agreste, experto en la caza. Jacob, en cambio, era un hombre apacible y apegado
a su carpa.
28 Isaac quería más a Esaú, porque las presas de caza
eran su plato preferido; pero Rebeca sentía más cariño por Jacob.
Explicación:
Dos naciones están en tu seno fue un anuncio profético de
que Jacob estaba destinado a convertirse en el padre de las doce tribus de
Israel y patriarca del pueblo elegido de Dios. Por el contrario, Esaú se
convertiría en el progenitor de la nación de Edom (Edomitas)
Historia de Esaú y Jacob (Génesis 25,30;
32,3; 36,1; 36, 30).
La rivalidad entre hermanos que había comenzado con los
empujones en el vientre materno continuaría a lo largo de sus vidas y sería
heredada por las naciones que estos gemelos engendrarían.
Jesús anunció con su mensaje que el reino de Dios ya está entre nosotros. Con sus palabras y sus buenas acciones, Jesús comenzó a construir un mundo nuevo basado en el amor a los demás.
EL MENSAJE DE JESÚS
Jesús tenía muchos amigos. Le llamaban maestro porque les enseñaba este mensaje:
Dios es nuestro PADRE que nos ama, y quiere que vivamos como HERMANOS.
EL REINO DE DIOS ESTÁ AQUÍ. Encontrar el reino de Dios y acogerlo es como hallar un gran TESORO que nos cambia la vida.
Con su mensaje Jesús consiguió ilusionar y llenar de esperanza a los que se sentían derrotados, cansados o tristes.
EL REINO DE DIOS
El reino de Dios no es un lugar ni un gobierno. Es el amor de Dios actuando en la humanidad. Es decir:
El reino de Dios es el amor de Dios en el corazón de cada persona.
Dios reina como un padre que ama a sus hijos y nos hace a todos hermanos unos de otros.
El reino se encuentra donde hay amor, paz, justicia, fraternidad, perdón y alegría.
Todos podemos descubrir el reino de Dios y acogerlo. Está al alcance de todos.
Con la oración del Padrenuestro, Jesús nos enseñó a pedir a Dios que nos ayude a encontrar su reino: “Venga a nosotros tu reino”.
Acoger a Jesús y su mensaje de amor, es acoger el reino de Dios.
UN REINO PARA TODOS
Hoy día, como siempre, encontramos el reino de Dios donde hay personas que confían en Él. Estas personas animan, ayudan perdonan, rezan y aman a los demás. Por eso, el reino de Dios es bueno para los cristianos y para todos los seres humanos.
La tarea de los cristianos es transmitir el mensaje de Jesús y anunciar el reino de Dios, amando a Dios y a los demás para conseguir un mundo mejor.
Los cristianos saben que el fin de la vida es estar siempre en compañía de Dios. A esta vida plenamente feliz con Dios se le llama Cielo.
Jesús es mi Mejor Amigo especial! Quizás estás pensando,
“¿Por qué decimos que Jesús es nuestro Mejor Amigo especial?”
Jesús
me Conoce
Jesús es mi Mejor Amigo especial porque El me conoce
mejor que nadie. Él es Dios, y El conoce todo de mí. ¡El hasta conoce mis pensamientos!
¡Soy muy importante para Jesús! Quizás no sea importante
para algunas personas, pero Jesús realmente se preocupa por mí. Él sabe hasta
cuantos cabellos tengo en mi cabeza. ¡Los tiene todos contados! Él dijo, “…Pues
aun vuestros cabellos están todos contados” (Mateo 10:30).
Jesús
me Ama
Un mejor amigo es aquel que te ama tal y como eres y aun
así te ayuda a desarrollarte lo más que puedas. Jesús es mi Mejor Amigo
especial porque nadie me ha amado como El me ama. Él me amó tanto que dio Su
vida por mí. Y El me ama hoy igual como me amaba en ese entonces. Jesús dijo,
“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan
15.13)
El Señor Jesús me ama tal y como soy, pero me ama
demasiado como para dejarme como estoy. Él vive en mí y me está haciendo como
El día tras día. El conoce mis faltas, pero me ama y nunca dejará de amarme.
Jesús
quiere lo Mejor para mí
Jesús es mi Mejor Amigo especial porque El solo quiere lo
mejor para mí. El me guiará en tomar decisiones si le pido Su ayuda y confío en
Él.
En Su Palabra, la Biblia, el Señor Jesús me dice las
cosas que debo de hacer, como obedecer a mis padres y maestros. También me dice
las cosas que no debo de hacer, como decir mentiras y cosas hirientes a otras
personas.
¿Y qué de las cosas que no son mencionadas en la Biblia?
En ese caso debo preguntar: “¿A Jesús le gustaría verme hacienda esto?” Si
pienso que no le gustaría verme haciendo eso, entonces ¡NO debo hacerlo!
Jesús
siempre tiene Tiempo para mí
Jesús es mi Mejor Amigo especial porque Él siempre tiene
tiempo para mí. Puedo hablar con Él en cualquier momento. Puedo hablar con Él
en cualquier lugar. Nadie se preocupa por mí como Jesús. Él quiere que yo vaya
a Él por cualquier cosa que me preocupe.
Jesús
nunca Cambia
Jesús es mi Mejor Amigo especial porque Él es siempre el
mismo. En el pasado he tenido amigos y de alguna manera cambiaron y ya no somos
amigos. ¡Pero Jesús nunca cambia! La Biblia dice, “Jesucristo es el mismo ayer,
y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8).
El Señor Jesús es siempre la misma Persona maravillosa
que me ama con todo Su corazón. Siempre está ahí para escucharme, ayudarme,
animarme. Es realmente el mejor amigo que pudiese tener.
Jesús y yo somos “Mejores Amigos Por Siempre”, pero nunca
debo olvidar quién Él es. Él es mi Salvador, mi Señor, mi Dios, y lo trato con
respeto y reverencia. No le llamo “el hombre de allá arriba”.
ACTIVIDAD:
El Día de San Valentín, también conocido como Día del Amor y la Amistad, es una festividad para celebrar el amor entre parejas y entre amigos.
El Día de San Valentín o Día de los Enamorados, se celebra el 14 de febrero en casi todos los países. En Colombia, sin embargo, también se celebra el Día del Amor y la Amistad el tercer domingo de septiembre.
Una fecha especial para que los enamorados y amigos se expresen su amor y cariño. Es tradición hacer regalos (flores, bombones), dedicar tarjetas y escribir cartas y mensajes para expresar el amor.
En parte, estas tradiciones contribuyen a que esta celebración vaya perdiendo su espíritu original y se convierta en una celebración con espíritu comercial.
Origen de San Valentín
Existen varias historias sobre el origen del Día de San Valentín. Una de la más popular cuenta que, durante el Imperio Romano, el emperador Claudio II prohibía a los soldados contraer matrimonio, pues consideraba que los hombres solteros rendían mejor en la batalla.
Un obispo, de nombre Valentín, consideraba esta prohibición injusta, y, contraviniendo la orden del emperador, casó parejas en secreto, entre otras cosas, para salvaguardar el sacramento del matrimonio. Al ser descubierto por el césar, fue encarcelado.
En prisión, Valentín fue ridiculizado por su carcelero, quien lo desafió a que le devolviera la vista a su hija ciega, lo cual Valentín hizo en nombre del Señor.
Se dice que el 14 de febrero Valentín fue ejecutado, de allí que hasta el día de hoy se celebre este día la fiesta de San Valentín.
Otra historia cuenta que, en realidad, la Iglesia católica creó el Día de San Valentín para acabar con la tradición pagana de las fiestas lupercales, que constituían un rito para la fecundidad.
Después de su Bautismo, Jesús empezó su importante misión: anunciar que el amor de Dios es para todo el mundo.
Jesús contaba que Dios ama a todas las personas: a ricos y a pobres; a sanos y a enfermos, a jóvenes y a ancianos; a los que cumplen los mandamientos, y a los que se equivocan los perdona y les da la oportunidad de cambiar.
Hablaba del amor de Dios y ayudaba a las personas que sufrían. Esta es la buena noticia del amor de Dios.
Jesús fue a buscar a doce amigos especiales para que lo siguieran y lo ayudaran. Llamó a Simón Pedro, Andrés, Santiago y Juan, que dejaron su barca y las redes para seguirle. También Mateo, Tomás, Felipe, Bartolomé, Judas Tadeo, otro Santiago, Simón y Judas Iscariote respondieron a la llamada de Jesús.
Los doce amigos de Jesús forman el grupo de los apóstoles.
Jesús se retiraba y a solas, se dirigía a su Padre del Cielo en sus oraciones. Confiaba en el amor de Dios y le pedía que lo ayudara en su misión.
Jesús enseña la oración del Padrenuestro a sus seguidores para que aprendan a rezar a Dios y a llamarle Padre.
Descubre este precioso cuento infantil sobre la
solidaridad escrito por Teresa del Valle Drube. La familia de ardillas ayudará
a sus amigos ante el peligro que acecha en el bosque. La solidaridad es un
valor importantísimo para inculcar en nuestros niños, solo así aprenderán la
importancia de compartir con los menos favorecidos parte de lo que ellos
tienen.
Compartir es el acto de participación recíproca en algo, ya
sea material o inmaterial. Lleva implícito el valor de dar (la generosidad) y
de recibir, aceptar o acoger lo que otra persona ofrece.Para una persona es importante recordar que
para poder recibir es fundamental DAR!!!!
Cuando Jesús tenía unos treinta años empezó su vida
pública. Fue al río Jordán, al encuentro de Juan Bautista, que era hijo de
Zacarías y de Isabel, la prima de María.
Juan anunciaba la venida del Mesías. En las aguas del
Jordán él bautizaba a los pecadores que querían convertirse a Dios.
Jesús se acercó como uno más y se mezcló con los
pecadores para recibir el Bautismo. Juan el Bautista intentó quitarle la idea,
pero Jesús le dijo: “Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere”.
Juan lo bautizó. Jesús vio bajar sobre él al Espíritu de
Dios como una paloma y oyó la voz del Padre que decía: “Este es mi Hijo amado,
en quien me complazco”.
Después de su Bautismo Jesús empezó a actuar como Mesías.
Hablaba con las gentes y les enseñaba el amor de Dios. Hacía el bien a todos:
curaba, perdonaba, daba de comer, animaba...
Creo que no somos
conscientes del bien que puede hacer en nuestros niños y adolescentes la
espiritualidad de la Infancia Misionera. El próximo 19 de enero celebraremos su
Jornada en España. El obispo que la “inventó” y promovió, Mons. de
Forbin-Janson, quería, a través de esta Obra, hacer descubrir a los pequeños
que ellos también eran responsables de que Jesús fuera conocido y amado por
todos esos niños que, desgraciadamente, no han tenido todavía la posibilidad de
oír del amor de Dios.
Los niños deben saber que la
Iglesia depende también de ellos y que la tarea fundamental que la Iglesia
realiza, que es la evangelización, es suya, es parte de su compromiso de amor
con Jesús. Por eso, si el pasado 2024 el lema era “Comparto lo que soy”, este
año, para darle continuidad, proponemos “Comparto lo que tengo”. El niño, el
adolescente, el joven, como el adulto o el mayor, puede y debe compartir lo que
es: su fe, su amor a Dios y al prójimo, su pertenencia a la Iglesia… Y puede y
debe compartir también lo que tiene: su alegría, su oración, su cariño y
también, ¿cómo no?, su aportación económica.
Evidentemente, si la ayuda
monetaria que podemos ofrecer desde España a los territorios de misión fuera
exclusivamente lo que los niños pueden aportar, nuestro apoyo sería muy
pequeño. Por eso contamos también con lo que se recauda en las parroquias, lo
que aportamos los adultos…; y es importante, sin duda. Pero es fundamental,
además de una alegría, ver cómo los más pequeños también se sienten parte de
esta campaña; y, cuando se les involucra, entienden muy bien que la Iglesia, en
este caso, las misiones, no puede prescindir de ellos y de lo que ellos pueden
aportar. No es tanto la cantidad, siendo esta algo importante: es la calidad.
Como decía santa Teresa de Calcuta, “hacer cosas pequeñas con un gran amor”.
“Comparto lo que tengo” es
descubrir a los niños que no es indiferente que ayuden o no, que recen o no,
que animen a otros a participar de la Jornada o no… Dios quiere, sin duda,
contar con ellos y valora cada gesto y cada acto de generosidad que puedan
ofrecer, por pequeño que pueda parecer.
Por eso he comenzado
diciendo lo importante que es y el bien que puede hacer el carisma de la
Infancia Misionera en la formación y educación cristiana de nuestros niños y
niñas. Es implicarles en la universalidad de la Iglesia, que se extiende mucho
más allá de nuestras parroquias, colegios y grupos de fe. Es mostrarles la
realidad de tantos niños y niñas que hay en el mundo, que no tienen las
oportunidades ni las facilidades de vivir su fe, su vida cristiana, su
pertenencia a la Iglesia que tenemos en nuestras ciudades y pueblos. Es
ayudarles a descubrir que de ellos depende también que la evangelización siga
avanzando y profundizándose en los lugares más recónditos e insospechados.
¡Descubre la historia de Pepe y Lola! Ellos son los
protagonistas de este cortometraje para la Jornada de Infancia Misionera 2025,
que lleva por lema "Comparto lo que tengo".
La misión no se reduce a compartir lo que somos
espiritualmente, sino que también abarca la entrega generosa de lo que
poseemos. Misión es poner a disposición nuestros recursos materiales para
ayudar a los más necesitados, siguiendo el ejemplo de Cristo, que compartió
hasta el pan que multiplicó. "Comparto lo que tengo" en clave
misionera resalta la belleza de pertenecer a una comunidad donde se comparte no
solo el espíritu, sino también los bienes materiales, para que nadie pase
necesidad. Cada niño, cada persona, tiene mucho que ofrecer.
Objetivos:
- Reconocerse como parte de la Iglesia que, además de
compartir la fe, se compromete a compartir sus recursos materiales en una
verdadera comunión de bienes. Descubrir el donativo como una forma concreta de
vivir el amor cristiano.
- Identificar las
necesidades materiales de nuestros hermanos y descubrir cómo podemos contribuir
de manera efectiva. Comprender que cada pequeño gesto de generosidad es parte
del plan de Dios para que todos experimenten su amor y provisión.
- Comprender que el compartir nuestros bienes materiales
es un testimonio de nuestra fe en acción. Este compromiso con la cooperación
material ayuda al crecimiento en la fe
de nuestros hermanos y contribuye al anuncio del Evangelio en todas partes del
mundo.
Preguntas
para guiar la reflexión:
• ¿Con qué personaje te identificas más?
• ¿Cómo se sintió Lola cuando decidió donar parte de su
dinero para ayudar a Steven?
• ¿Por qué crees que Pepe estaba enfadado? ¿Por qué
cambió su actitud al final?
• ¿Qué harías si estuvieras en el lugar de Lola? ¿Qué
harías con el dinero?
• ¿Cómo te sentirías tú si estuvieses en el lugar de
Pepe?
• ¿Consideras que es importante compartir lo que tenemos
con los demás?
• ¿Crees que es tarea de todos ayudar a Steven y a tantos
niños que lo necesitan? ¿Por qué?
• ¿Quién es el señor que aparece en la TV de su casa?
¿Qué sabes sobre los misioneros?
• ¿Por qué ayudan a tantos niños en el mundo? ¿Conoces a
algún misionero?
• ¿Cómo puedes ayudar tú a niños como Steven?
• Hay un personaje que es un niño que aparece en el
parque en diferentes ocasiones. ¿A quién crees que representa? ¿Por qué?
Actividad:
Una vez hemos comprendido el vídeo y hemos asumido
nuestro compromiso de ayudar a los millones de niños que nos necesitan, vamos a
crear una conexión simbólica con el acto de compartir, algo similar a lo que
hace Lola con su moneda.
Para ello, reparte una moneda de cartulina a cada niño-ay dales un rotulador para que marquen su moneda con una inicial o
símbolo, imitando el gesto de Lola en la película.
Invítales a cerrar los ojos
y pensar en alguien de su entorno que pueda necesitar de su ayuda. No se trata
de ayuda económica, sino de ayuda humana y espiritual. Por eso, una vez tengan
claro quién será su “objetivo”, se comprometerán a regalar la moneda de
cartulina a esa persona y a rezar por
ella, así como a ayudarla en el día a día.